LOS ESCRITORES, FILOSOFOS Y POETAS HABLAN DE LIBERTAD 

“Vendrá caminando la libertad y junto a ella, la cultura, las mirarás y al verlas sabrás que tiene tu rostro.” Juca Fevel

Si bien es cierto que la globalización nos ha acercado los mercados como en ningún periodo de la historia de la humanidad, también ha sido el vehículo de un ataque sistemático a la cultura occidental, producto de ello, se ha hecho cargo de las diferencias, transformándolas en un homogéneo paisaje, el predominio de la imagen sobre la palabra es aplastante. Hoy cada vez menos palabras significan más cosas, y su poder se licua, si el tiempo es un instante, sin posibilidad de ser recorrido, saboreado, analizarlo ¿Por qué la batalla cultural? 

¿En qué consiste esa batalla cultural? Parte de esta cruzada cultural es también contar, significa compartir conocimientos, anhelos, esperanza, filosofar, generar ideas y por sobre todo cultura, ideas que son nuestras, sacarlas del anonimato de nuestra inteligencia, para que dejen de ser solo nuestras y pasen a ser de todos. Significa además tener la misma certeza de que si otros también las tienen, ellos no morirán, porque serán trasmitidos de boca en boca, esta difusión nos permite la posibilidad de lograr una pequeña inmortalidad, persistir en la memoria de los demás. 

Parafraseando al filósofo Breton Pêr-Jakez Helías diremos que “tenían tanta confianza en sus cuentos e historias que salía de ellos mismos…un buen escrito es capaz de abrirse paso en los espíritus sin que sea necesario hacerlo de modo explicito. Un grano arrojado que arraiga según el terreno en que cae. El escritor siempre siembra, le basta con que su grano sea bueno y resistente, y lo mejor es que no se preocupa por cosechar”. 

Ahora bien, debemos volver a “la expresión “batalla cultural.” Ella sufre una contradicción en términos filológicos como así también en el enfoque. La cultura es la síntesis de un intercambio evolutivo entre personas, que afirman ciertos valores y están dispuestas a modificar otros, a través de decisiones voluntarias por las cuáles procuran una mejor forma de convivencia que les permita alcanzar sus propias metas. Las culturas evolucionan y crecen cuando los individuos sintetizan valores en formas novedosas, tras una discusión abierta y sin coacción. Por otro lado, la idea de libertad ha experimentado un auge importante en nuestros países, economistas, juristas, psicólogos, historiadores, sociólogos, filósofos y escritores exponen de manera firme los fundamentos de la libertad, pero pareciese ser que esta batalla cultural solo se da en el ámbito económico, olvidándose que la cultura tiene que ver con el espíritu del hombre con la educación, con la historia, con la estética, con la ética y los valores morales”.  

No se desarrolla la cultura combatiendo a los que piensan distintos, o a los que sostienen valores diferentes. La máxima expresión de la cultura radica en desarrollar procesos para que todos puedan convivir pacíficamente, cada uno sosteniendo libremente sus propios valores y principios. Las principales instituciones, reglas y hasta normas jurídicas surgidas en el mundo han sido el producto de esta interacción valorativa, que, en algún caso, al reiterarse, se convirtió en costumbre y ella en fuente normativa. 

Por eso el énfasis de Gramsci en la Batalla cultural, pero lo que Gramsci y muchos otros hablaron, no es de una evolución cultural, sino de una verdadera guerra entre paradigmas opuestos, entre una ideología y una filosofía política. Gramsci entendía que, para sellar el éxito de su propuesta revolucionaria, era necesario cambiar pautas culturales que permitieran echar los cimientos para el crecimiento del nuevo orden. 

Pero aun ahora hay mucha gente que no entiende el liberalismo, aun los que dicen defenderlo, según las palabras de Juan Ramon Rayo “evidentemente este es un debate muy amplio y esto sucede porque hay muchas explicaciones posibles. La primera es que los liberales nos estamos explicando mal”.

El poeta colombiano Iván Beltrán Castillo dijo: “En este tiempo donde todo son abusos y ultrajes, donde parece licito agrupar a los emisarios de la ruina de los insensatos ejércitos, ideologías feroces, mentiras letales o dogmas petrificados, respondemos con esta humilde pero esencial brújula, el hombre y la palabra libertad…Hamlet dijo, “Hay muchas cosas en el cielo y en la tierra de lo que supone nuestra filosofía”.  

“Todo hombre es único e intransferible y tan precioso como el sueño que escenifica, pero solamente el arte lo intuye. Hablemos del hombre en camino, el que busca su espejo en esa zona donde todo es ritual, donde el relámpago al iluminarle lo parte en dos, amor donde están todos los amores, día donde caben todos los días, ficha faltante en el rompecabezas del tiempo, historia que acusa y delata todas las humillaciones y algo, tal vez imperceptible, que el lenguaje común llama esperanza”. 

De la literatura aprendemos, el delicado tratamiento de la vulnerabilidad y la inestabilidad del ser humano. No importa la raza, la religión, o las convicciones políticas; el talento es talento en cualquier aspecto de la cultura. Por lo tanto, no importa la religión, el país de nacimiento, las convicciones políticas, ni la educación. 

El doctor y escritor español Mario Alonso Puig hablando sobre la lengua nos dice “El lenguaje no solo describe la realidad, sino que además es capaz de crearla. Nuestra forma de hablarnos a nosotros mismos afecta tremendamente a nuestra manera de relacionarnos con el mundo”.   He ahí la importancia del lenguaje en la batalla cultural. 

Es el artista con sus obras quien nos enseña a ver el lado oscuro y prístino del ser humano, nos hace notar la aventura humana desde lo más profundo de sus visiones y desgracias, hasta conseguir permitirnos contemplar un mundo caótico, a veces poblado de violencia y de poder, de libertad y una búsqueda desesperada por la justicia. 

La condición humana, el poder y el lenguaje elevado llevan a ser al artista un ser universal. Cada novela y expresión artística es un nuevo descubrimiento y posee un montaje perfecto del espacio, una magnifica multiplicación de las formas normativas. Por eso los filósofos, los sociólogos, los artistas se vuelven molestos, peligrosos, ellos desempeñan un papel en la actuación histórica, ellos siempre tendrán algo que decir, propondrán una realidad literaria, distinta de la realidad exterior oficialmente afirmada. 

¿Y por qué sucede esto?  Kafka lo definió de esta forma, “Toda literatura es asalto contra la frontera.” Y esa frontera es lo que nos limita, nos busca homogenizar, ser parte de un todo perdiendo nuestra singularidad. 

Sir Roger Scruton nos habla de acerca del arte, nos dice “Nuestras vidas están llenas de ruido y furia, es verdad. Pero el arte no debe aprobar esa alienación. Debe, por el contrario, encontrar caminos donde lo real y lo ideal puedan convivir en armonía. Esa capacidad de la belleza para redimir nuestro sufrimiento la asemeja a la religión. De hecho, lo sagrado y lo hermoso son dos puertas que se abren a un solo espacio: el espacio donde encontramos nuestro hogar”. Sigue diciendo, “Si perdemos la belleza perdemos el significado de la vida”, palabras que son una luz que enciende nuestro análisis para entender una visión, una contemplación que nos moldea como personas y moldea nuestro universo más querido y más preciada” 

El profesor argentino Oscar Caeiro hablando de la literatura nos dice, “Los caminos de la literatura se trazan en un desierto, en una frontera, de distintas maneras estos testimonios (de los autores) aluden a la espera de un milagro. La literatura como arte, como la cultura humana en su conjunto, tiende a ese límite como lo trascendente. Y no desde la conciencia de la perfección, de la armonía, sino desde la crisis, la insuficiencia, bajo peligros interiores y exteriores. En su ámbito se produce, paradójicamente porque es representación de miserias y debilidades, una reivindicación del ser humano, expuesto a tantos ataques destructivos”. 

No se piensa en una literatura que ofrezca “modelos de vida” …la obra literaria representa a su entender “como y porque” se viven las verdades de los filósofos, los hechos de los historiadores, “hace palpar” con el lenguaje común de la imaginación realizado por el arte lo que la ciencia presenta en su especial lengua. La literatura defiende lo individual contra lo falsamente universal.  La producción literatura suele funcionar como un sismógrafo de los acontecimientos políticos. 

¿Cómo entender las verdades?,¿Qué significa filosofar? Filosofar constituye el horizonte trascendente de la vida humana. Estas formas –el acto religioso, la conmoción del amor, el acto filosófico, el despertar del ser, el descubrir el poder de la libertad, el crear y la contemplación artísticas-, aunque no están sometidas a las mismas exigencias de las necesidades diarias, acaban siendo sin embargo la medula de la libertad del hombre, de su verdadera riqueza. 

No se puede amar a una persona “a fin de que” y “para.” De hecho, el enamorado, el creyente, el filósofo, el poeta, el escritor, aunque tienen bien en claro los propósitos de la vida individual y colectiva, se niegan a renunciar a la libertad de una elección que da el sentido a la existencia, y paradójicamente, pone ante los límites de esta. Se diría, en todo caso, que son actos vitales en los que se percibe de distintas maneras el requerimiento de un absoluto. 

Por ese motivo la mística y el arte literario se encuentran en la intimidad. El poder de la fantasía literaria por su capacidad para establecer “comunicación entre lo diferente.” 

Kafka menciona que el proceso del escritor es “escribir significa abrirse hasta la desmesura.” Y uno tiende a escribir esas cosas ultimas de la existencia humana. 

Pero resulta que hoy esa desmesura, esa belleza, esa frontera traspasada es sofocado por lo políticamente correcto, lo vulgar y la prepotencia del imperio de la ley de las minorías que se dicen vulneradas. 

Una escritura bíblica nos dice “examinadlo todo, retened lo bueno”, de eso se trata el conocimiento y ese es el principio activo de las artes en este caso de la literatura, permítanme algunas frases que ahora son parte del mundo por tanto de mi persona. 

El poeta y ensayista venezolano Rafael Cadenas comentó, “Una vez nuestra voz resonó con fuerza, pero hoy se consume en su propia resonancia como una cara en un estanque.” Esta frase describe este periodo de la historia donde la cancelación y lo políticamente correcto buscan silenciar nuestras voces. 

Por ese motivo la reflexión se inscribe de lleno en el contexto de la crisis de identidad de legitimación, del discurso, una crisis que recorre nuestro fin de siglo. 

La sabiduría, la idea firme y concisa del escritor trae las palabras del hondureño – mexicano Augusto Monterroso, con el cuento más corto de la historia, pero a su vez mas presente hoy que nunca, “cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba allí”, no podemos escapar de los monstruos, allí están los políticos, los tiranos, los truhanes, los déspotas. 

La imagen del dinosaurio se le puede asociar como un monstruo, como un ser carnívoro que puede devorar, que es aterrador, que es añejo; también podemos asociar la imagen del dinosaurio a un animal calculador.  El Dinosaurio, en el imaginario político y social, significa ese animal político, viejo zorro, conocedor de los artilugios del poder, y como todo ser político enquistado en el poder, vive del tráfico de influencias y esta es una herencia de la cultura política más antigua, primitiva y carnívora, pero que por su “excesiva vigencia” termina destruyendo la credibilidad del electorado. 

Ya decía el poeta español Andrés Sánchez Robayna “El tiempo dibuja un rostro que ignoro” y es que el tiempo es un constante fluir que va dibujando un rostro que aun ignoramos. Los narradores, los escritores, los poetas, los escultores, pintores que en su libertad decidieron crear nos dicen que la vida es mucho más y tenemos opción de reinventar sus fronteras, para que así el amor, la muerte y la agonía vuelven a significar, para que regresen a su hemisferio sagrado y podemos existir de otra manera. Aquí está el futuro, en la palabra de estos hombres cargados de una ardiente paciencia, dispuestos a reinaugurar la vida, sus cantos, sus mapas, sus ciudades, descubriendo esos jardines que se bifurcan.

Toda obra genial, surge del sufrimiento (Kafka) que representa la realidad del espíritu humano, situado entre el bien y el mal (Gogol) que descubre los valores de los fracasados, de la gente pequeña (Daudet), que defiende el poder del individuo (Borges), que denuncia el atropello de las masas en confabulación con el tirano de turno (Vargas Llosa), y podemos imaginar un mundo distópico a partir de vivencias personales (George Orwell). 

Las creaciones de arte nos permiten reconocer lo que hay en el “corazón del hombre”, ese “algo” que tiende a resguardar a “la eternidad del alma” y despertará (según lo soñado por Rimbaud) para restituir tantos siglos de agonía “hará del amor su casa, de su rebeldía su ley, y de la anticipación su tiempo”. 

El dolor de escribir y la alegría de haber escrito, entre el dolor de vivir y el orgullo de haber vivido. Llegará contra las opresiones, las guerras y los ríos de sangre, ni los diluvios, ni las pestes, ni las hambrunas, ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte, descubrirán el verdadero tesoro, que la vida sobre la muerte, que el amor y el olvido participan del mismo milagro, que la ceniza ya se presiente resurrección…y que el polvo acepta ser polvo, pero polvo enamorado”. 

Angela Merkel, en un discurso hablando sobre la caída del muro de Berlín y la opresión comunista, dijo “No hay ningún muro tan alto ni tan ancho como para no ser atravesado.” Y es que el poder de la libertad incuestionablemente derribara cualquier muro de opresión, será como la gota que labra la piedra y que luego esa gota se tornara en torrente que surcara terrenos áridos. Pero hay una condición que debemos vivirlo; esa condición es que los valores occidentales no deben darse por sentado, siempre deben defenderse. 

Jordán Peterson hablando sobre la tiranía y la opresión asevera; “si continúas aceptando ser un esclavo, continuarás generando tiranos”, esa decisión no viene de terceros sino es una responsabilidad que nos compete. 

Borges un defensor del individuo, nos abre un panorama con respecto a otras necesidades del hombre, su espíritu, nos haba de esas necesidades que van más allá de lo económico y material, “que cada hombre construya su propia catedral ¿para qué vivir de obras de arte ajenas y antiguas”. Para construir nuestra propia catedral necesitamos ser libres, necesitamos recordar de donde provenimos, recordar nuestra historia, él decía “Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos” y desde ahí levantarnos tomando esos pedazos haciéndolo uno.  

En ese camino encontramos el poder de la felicidad por que comenzamos a descubrir quienes somos, cual es nuestro potencial. Por que Borges tenía razón al decir que “la única cosa sin misterio es la felicidad, porque se significa por si sola”. 

La vida es mucho más que un inútil tránsito entre dos oscuridades –colectivismo o estatismo-   la idea de libertad es más que una tentativa de vida, la libertad rompe el anonimato, fractura la ausencia, disuelve las cadenas del estado benefactor, domestica la desesperanza que nos destruye, la libertad nos trae fuerza, esperanza a nuestra vida.  

Borges en la revista Sur dijo cosas tan rotundas como la siguiente: “Las dictaduras fomentan la opresión, las dictaduras fomentan el servilismo, las dictaduras fomentan la crueldad; más abominable es el hecho de que fomentan la idiotez. Botones que balbucean imperativos, efigies de caudillos, vivas y mueras prefijados, muros exornados de nombres, ceremonias unánimes, la mera disciplina usurpando el lugar de la lucidez… Combatir esas tristes monotonías es uno de los muchos deberes del escritor”. 

Tiene razón Albert Camus cuando nos reta a “Inventar en el planeta una paz que no sea solo sea la paz de la servidumbre” Para un progresista, un socialista, un defensor de la manada, las palabras del poeta Thomas. S. Eliot los hacen resquebrajar en sus miedos y debilidades, “Yo te mostraré el miedo en un puñado de polvo”. El miedo a la muerte, al anonimato, al individuo.  

Pero también es cierto que la verdad nunca penetra la mente no dispuesta.  hay pocos medios de romper esas mentes atrofiadas con el fanatismo, uno de esos medios es poder entender que vivir en libertad con todo lo que ello significa le da al hombre la posibilidad de generar su más alto grado de potencialidad como ser humano.  

Lo contrario a estas libertades es la esclavitud, la mansedumbre, la ignorancia todas ellas fomentadas por las tiranías. 

Octavio Paz decía con respecto la creatividad (que como regla general se da por propia voluntad), “Para que al fin las puertas de la percepción se entreabran y aparezca el otro tiempo, el verdadero, el que buscábamos sin saberlo, el presente, la presencia”.  Obviamente, que en este proceso, “La vida está hecha de errores en libertad, cada uno de nosotros es historia y también es un ser singular”.  

El poeta liberal nos dice que, “la libertad ante todo y para todo, libertad para actuar y pensar, libertad para las creencias y para discutir, libertad para cada ámbito de la vida, libertad para el amor.  Octavio Paz reconoce también que ser libre es un aprendizaje nada sencillo, la libertad según sus palabras, “puede inspirarnos felicidad, y temor por igual, siempre requiere valentía, a veces no sabemos qué hacer ni que elegir. No podemos olvidar que la libertad también depende del otro y de la otra edad y que la libertad se dirime contra todos y cada una de las miles de formas grandes y pequeñas, históricas y cotidianas de absolutismo, autoritarismo, dogmatismo y totalitarismo. La libertad no es una fe, es algo mejor, una elección.”  

Aunar prodigios, coleccionar milagros, conjuntar excepciones, alistar a los inconformes, invocar a quienes iluminaron sus días, reinventando al hombre, por quienes se acompañen de, Octavio Paz, Faulkner, Saramago, Cervantes, Borges, Whiltman, Nietzsche, Poe, Byron, Ñaupari, Ribeyro, Vallejo, Vargas Llosa, Sarduy Shakespeare, etc. Ya no sentirán nunca el silencio de los dioses. 

 Todos supieron el dulce camino que existe entre el dolor de escribir y la alegría de haber escrito, entre el dolor de vivir y el orgullo de haber estado vivo. 

Así los escritores, los poetas dejarán en el altar de la libertad sus obras y ellas de algún modo nos traerán al hombre, al ser independiente, la dignidad, el valor, la esperanza, la fe, el amor y la libertad y llegarán e impactarán nuestras mentes, nuestros espíritus, nuestros rostros, llegarán contra las opresiones, las guerras y los ríos de sangre, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte.  

Aquí la imaginación tiene su sitio y estos lucidos testimonios son obstinadamente un alegato contra aquellos que postulan el crepúsculo, miseria y masificación del hombre. 

Desenterradores, futuro prehistórico, dueños de la luz, y el espectáculo del mundo, precursores que reconocen la belleza no un final sino un puente, ríos obstinados que reconocen la belleza no un final sino un puente, espejos donde queda el verdadero reflejo, estos aliados nos mostrarán el camino donde nada debe ser nombrado, donde ya no hay pausa entre realidad y deseo y entonces descubriremos el verdadero tesoro, que la vida sabe a muerte, que el amor y el olvido participan del mismo milagro, que la ceniza ya se presenta en resurrección y que el polvo acepta ser polvo, pero polvo enamorado. 

El escritor español Unamuno decía “La sangre de mi espíritu es mi lengua y mi patria es allí donde resuene soberano su verbo” y es que es claro que “los límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestra mente” como dijo Ludwig Wittegenstein. Al fin y al cabo, como decía Ribeyro “En cada lector futuro, el escritor renace”. 

Friedrich August Von Hayek declaró que “La defensa de la libertad tiene que ser dogmática, sin concesión alguna al oportunismo, aun cuando no sea posible demostrar que, al margen de los efectos positivos, su infracción pueda comportar algunas consecuencias perjudiciales. La libertad sólo puede prevalecer si se acepta como principio general cuya aplicación a casos particulares no tiene necesidad de justificarse”   

Parafraseando estas últimas palabras, el lenguaje, la libertad, los derechos, la vida, la responsabilidad, la fe, la familia, el honor, la solidaridad son palabras que deben y tienen que recolonizarse, y devolverles el significado amplio, fuerte, que debe entrelazar a los individuos libres., porque si hay algo bello, virtuoso o digno de alabanza a eso debemos aspirar. 

Un secreto, “Uno no es lo que es por lo que escribe sino por lo que ha leído”, el conocimiento, la verdad es lo que nos hará libre de la ignorancia, de la esclavitud y la miseria, cuando uno es libre es cuando uno entiende por qué tiene que defenderla Thomas Jefferson hace más de doscientos años dijo “cuando los gobiernos temen a la gente, hay libertad, Cuando la gente teme al gobierno hay tiranía” y cuánta razón tiene. 

Juca Fevel 

Bibliografía 

Roger Scruton “el alma del mundo” 

Kafka, briefe an felice, 1976 

Oscar Caeiro  “los caminos de la literatura”https://contemplatiosocial.wordpress.com/2022/09/14/de-la-cultura-de-la cancelación-a-la-ley-del-odio/ 

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